Cartas a nuestra conciencia

 

V

 

Los símbolos de amor

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Fue en los primeros días del mes de Enero del año 1970 cuando por vez primera me percaté de la existencia y trascendencia de lo que conceptué como “símbolos de amor” sucedió en la Base Naval Americana de Guantánamo, tres noches antes, mi hermano Carlos, tres amigos y yo habíamos llegado a la base cruzando a nado desde la parte Cubana la bahía de Guantánamo, escapando así  de la dictadura castrista; cuando las autoridades navales nos informaron que esa mañana volaríamos a Miami comenzamos todos a recoger nuestras escasas pertenencias, las cuales consistían en dos o tres artículos de vestir que se nos habían dado al llegar y dos o tres papeles de identificación que en bolsas de nylon trajimos cosidas a las camisetas que usamos aquella inolvidable noche... al recoger lo mío no encontré la estampita de la Virgen María que mamá, después de darle un beso nos había dado, ésta venía junto con mis papeles y nos guiaría a la libertad según ella nos dijo a mi hermano y a mí… la busqué pero no la encontré… me sentí turbado y molesto por haberla perdido pero al instante algo dentro de mi sucedió, fue como una chispa que de alguna forma me otorgó la comprensión de que aquella estampa ya había cumplido su misión, su misión de amor, habíamos llegado sanos y salvos… ya no estaba conmigo porque yo necesitaba conceptuar el significado de lo que aquella estampa de la Virgen había sido… un símbolo de amor que nuestra madre había usado para espiritualmente acompañarnos en aquella ardua jornada… esa comprensión me liberó de la frustración de no haberla hallado…

Con los años he ido descubriendo que la mejor forma de entender lo que es el amor en toda su esencia es a través de los resultados emocionales, espirituales y materiales que con su cultivo y entrega ese supremo sentimiento es capaz de crear… el amor es poderoso, mucho mas poderoso de lo que nosotros somos capaces de imaginar… esa es una realidad que a diario se manifiesta y que si nos mantenemos alertas podremos reconocer y concienciar para nuestro propio beneficio…

Ese conocimiento me abrió la mente hacia la comprensión del verdadero poder tanto de los llamados talismanes de buena suerte como de las llamadas brujerías o hechizos, los cuales son meros objetos cuyo poder depende tanto de las intenciones con las que se crean y ofrecen como de la percepción de a quien se destinan y al igual que las palabras que sirven tanto para beneficiar como para conjurar, ambos carecen de poder si no se validan con la percepción humana… diferenciándose de aquellos objetos que al entregarse por amor logran su cometido con validez propia, la validez que le confiere el poder misterioso pero omnipresente que es el amor... las brujerías y conjuros son producto de nuestras bajezas  y debilidades, es el temor y la ignorancia del recipiente lo que los validan, facilitando cualquiera de los negativos resultados para los que fueron engendrados…

Y es cuando somos vulnerables debido a nuestra niñez, la inmadurez de la juventud o en períodos de crisis emocional que las palabras o acciones de personas de las que dependemos anímicamente ejercen mayor efecto, conozco a alguien que en su niñez su hermano mayor en una ocasión le dijo que era muy fea, marcándola por muchos años, retrayéndola, afectando su autoestima y por consecuencia su sociabilidad hasta bien entrada en su etapa adulta... lamentablemente todos de una u otra forma hemos en ocasiones sentido la angustia y dolor que tres o cuatro simples palabras son capaces de infringir, no solo por su literal significado sino también por la simbología impuesta y percibida... como también todos conocemos personas que se intimidan ante otras que usan la superchería para hacerles daño a través de la llamada brujería...

Concienciar esta verdad nos libera del potencial perjuicio que con ciertas palabras o acciones algunas personas son capaces de infringirnos, nuestra mayor firmeza descansa en la verdad y a ella solo la alcanzamos a través de la razón y el ferviente deseo de encontrarla y es mediante estudio y reflexión que cada día podremos acercarnos mas a ella y lograr la necesaria firmeza que nos libera para siempre de esa vulnerabilidad que en ocasiones es capaz de hacernos tanto daño.

El amor es la fuente de energía que nos hace capaces de lidiar con todo lo adverso que se nos interponga, el concienciar esta verdad nos abre al conocimiento de que la adversidad no es mas que una oportunidad que la vida nos brinda para crecer y fortalecernos y esa verdad es la que nos libera finalmente de toda inseguridad y de todo temor.

 Reciban las adversidades de frente y con firmeza, y agradezcan a la vida esas oportunidades que ella les brinda para reconocer en ustedes mismos al mas maravilloso poder que existe, el real poder del amor...

Gracias, Juan San Emeterio

Abril, 2004.

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